miércoles, 12 de septiembre de 2012


Aquella tarde, solo aquella, ningún instante más, solo ese segundo. 
Me gustaría retenerte en ese momento,
 me gustaría haberte abrazado fuerte y no dejarte marchar nunca. 
Me gustaría volver a vivir aquella tarde,
el final del día, en aquella playa. 
Sentarme contigo en la arena suave, 
mientras las olas lamen nuestros pies y nuestra orilla,
y tus palabras acariciaban mi alma.
Me gustaría volver a escuchar en un susurro tu voz,
diciendo cuánto me quieres.
Volver a sentir un beso tuyo, 
repleto del amor que siembras esporadicamente,
despacio y con suavidad por mi cuerpo. 
Me gustaría que mi pecho se volviera a hinchar
de tu dulzura, que se detuviera el tiempo
mientras embriagas mi vida de sueños.
Y así me gustaría detener para siempre nuestro reloj de arena,
enmarcar aquel momento, en nuestra playa,
y quedarme abrazada a tí y no dejarte marchar,
de nuestra playa, de nuestra orilla. 

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