Los límites de la intimidad no se pueden traspasar sin consecuencias. Bajo ningún caso y en ninguno de los sentidos. A veces las consecuencias son leves en otras jamás podrá sanar la herida que has ocasionado. Sin previo aviso rompemos el castillo de la confianza que hemos creado junto con la otra persona, la mayoría de las veces no podremos reconstruir ese castillo y las veces que lo conseguimos siempre dejamos huellas de la rotura. Nada vuelve a tener exactamente su mismo sitio después de una tormenta.
Por eso cuando encontramos el punto de confianza donde las intimidades se mezclan hay que cuidarlo, protegerlo y mimarlo, nunca traspasarlo. Por que en esta vida no todo es válido y nada pasa por nuestras vidas sin consecuencias.
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