lunes, 21 de octubre de 2013

Fragmento de "Algún día me sentaré y te contaré algo..."

"Van pasando los días, y el infierno en el que se convirtió mi vida se va apagando. He perdido tanto que ya no tengo nada, y hacemos cosas peligrosas cuando no se tiene nada que perder. Estoy sentada frente al televisor, no sé muy bien que estoy viendo, porque mi cabeza está reamueblándose. Cojo un cigarro y lo enciendo, fumo despacio y me calmo. Hago planes de futuro, divago de un sitio a otro en mi cabeza. Pronto llegarás, el único problema que veo es que yo no volveré jamás, de repente estoy aquí dentro encerrada, y ella... esa chica alegre y despreocupada ha tomado el mando, y yo me mantengo a salvo en una segurísima segunda o tercera fila. No volveré a exponerme nunca más, nunca más, nunca más, me repito. Dejo que el frío se me cale hondo en el cuerpo, de alguna manera el dolor físico me alivia el desazón que tengo en el alma. En breve ella empezará la obra de teatro, y yo me quedaré aquí agazapada, protegida, asustada. Planteándome si no será mejor que ella se quede al mando para siempre. Me pregunto que opinas tu de esta nueva chica, me pregunto si te parece bien que ella se quede, si te gusta tanto como te gustaba yo, si te parece bien que yo me quede aquí escondida para siempre, sino me echas de menos, sino te percatas de que ella no soy yo, sino de que solo es una sombra de la sombra de lo que soy."

No hay comentarios:

Publicar un comentario