viernes, 6 de septiembre de 2013

Y así, tal cual, te vas mi vida. Dejando todo del revés y alterando cualquier sentimiento cercano a la paz que tuviera. Me percato de que en realidad no tengo nada de lo que creía que tenía, y que cualquier cosa que pareciera haber sido mía no lo es. Me siento confundida, abandonada. Y cualquier muestra de cariño alienta mi corazón, ya sea el más tonto de los buenos días. Recojo las migas de amor como si fuera mi última comida. Como la niña insegura de mi infancia, me deshago al menor indicio de rechazo y nada, nada consigue calmarme. No importa a que extremo lleve mi cuerpo, no sé pasa el dolor de mi alma. Me empeño en dañarme y en castigarme, sintiéndome culpable de algo donde no figuro absolutamente nada. Se instalo un vacío en mí el día que decidiste despedirme, no se llena amor, amor no se llena.

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